Noticias frescas: el partido político “Podemos” ha sido la sorpresa de la campaña, y ya hay 200.000 posts que tratan de desentrañar el secreto del social media, del marketing, del flow de Podemos. Muchos de ellos son dignos de atención, pero parémonos a pensar: ¿qué nos pueden enseñar estas propuestas de marketing político?
En un país en el que todavía mandamos un Seat Panda con megafonía y el himno de uno de los dos partidos principales a todo trapo como una genial muestra de marketing político patrio, resulta interesante ver que existen nuevas iniciativas que han entendido mejor el rango de herramientas que tienen a su disposición en el momento actual.
Estamos en la edad de las Redes Sociales, el fin de la privacidad y el consumo compartido. Y los partidos políticos siguen con su política de lo que pasa en casa se queda en casa. En un contexto de crisis económica y quizás el mayor drama humano de la democracia en nuestro país, y ante la demanda de cambio, los partidos mayoritarios hacen frente común para ocultar y defender sus escándalos de corrupción e intentan evitar cualquier cambio de peso en sus organizaciones.
¿Qué cosas interesantes ha hecho el partido del coletas?
En un principio el partido no contó con la atención de los medios clásicos, y sin embargo mantuvieron una actividad frenética en medios más minoritarios como Vice o El Huffington Post.
Uno de sus aciertos fue abrirse a cualquier medio independiente que quisiese saber más sobre ellos, con lo que consiguieron impactar en una enorme cantidad de público a través de publicaciones o medios con los que tienen una gran vinculación y que, por lo tanto, hablan de temas en los que están más interesados. Otro ejemplo sería cómo ya en el 2013 concedió entrevistas a youtubers. La entrevista es lamentable, pero vemos una directriz: si no te hacen hueco en los grandes, háztelo tú en los pequeños.
Es más, Pablo Iglesias estaba implicado a título personal en el programa La Tuerka, que constituye en sí mismo un gran ejemplo de medio totalmente funcional que ignora los canales tradicionales.
De hecho podemos ver un pequeño aumento del interés en la formación el mes previo a su explosión en mayo, en gran parte obtenido gracias a su trabajo de comunicación y difusión.
Al margen del discurso y de si es pupolista o no -este no es un post sobre política, sino de comunicación- el partido ha sabido marcar un objetivo y conseguir que sus votantes se identifiquen con él. Aunque ha atacado con dureza a los principales partidos, también ha propuesto alternativas. Uno de los principales problemas de otras formaciones políticas ha sido que han basado su campaña en la crítica sin que se perciba unas soluciones claras.
Una de las cosas que más me enerva en la política de este país es que se entiende que los políticos se someten a escrutinio los meses de campaña, y tras las votaciones llega una especie de “¡Ja, pardillo!” por su parte que resulta de lo más incómodo. Esto suele reflejarse en Twitter: hay ejemplos especialmente sangrantes, como los 8 tuits de nuestro ministro de telecomunicaciones, pero también se dan casos como las cabezas visibles de los dos principales partidos, que se pegan un atracón a tuitear en campaña y después se olvidan.
En este sentido conviene recordar que muchos de los miembros de Podemos adoptaron Twitter de forma individual desde un principio y se han mantenido constantes en su utilización, manteniendo una invitación a la comunicación. Obviamente no son los únicos: Alberto Garzón o Mariví Romero son ejemplos de constancia en Twitter, a pesar de encontrarse en las antípodas ideológicas el uno del otro. Toni Cantó es otro ejemplo de constancia, pero como es igual de constante para cagarla, al nivel de grandes tuiteros como Bisbal o Pipi Estrada.
Por ejemplo, ante la necesidad de emprender acciones legales y teniendo un partido autofinanciado, la formación decidió iniciar sendas campañas de crowdfunding para denunciar a adversarios ideológicos o financiar sus asambleas. Es más, el reddit de podemos está experimentando un enorme crecimiento desde su lanzamiento.
Esto resulta especialmente notorio cuando el partido en el poder está tomando las decisiones contrarias aprobando el canon AEDE, limitando el cowdfunding y poniendo trabas al consumo colaborativo.
En resumen, ¿quiénes son los mayores expertos de marketing político actuales? Posiblemente la gente detrás de iniciativas como Revista Mongolia, Viñetistas, cuentas como masa enfurecida, etc. Estoy bastante seguro de que gente como Fontdevilla, Forges o El Roto serían tremendamente útiles como aliados en una campaña, ya que al fin y al cabo han demostrado su capacidad para crear contenido valioso capaz de viralizarse una y otra vez. Y joder, son geniales.
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