Existe una conspiración mundial liderada por Mark Zuckerberg para que todo el mundo aprenda a programar. ¿Por qué? Nadie lo sabe, quizás porque odia a la humanidad y quiere vengarse de aquellos guapetes que se reían de él en el insti viendo cómo ahora se humillan a sí mismos intentando en balde conseguir un simple “hello world” mientras golpean el teclado como el homínido de 2001 (o el niño alemán cabreado de Youtube, si eres de la Logse y no sabes quién fue Kubrick).
O quizás Mark Z (no confundir con Mazinger) esté maquinando una estrategia de marketing para tratar de darle glamour al desarrollo de software y convertir al programador en un rock star, cambiando la imagen mental que normalmente solemos tener de este colectivo:
Sean cuales sean las intenciones maquiavélicas del niño mimado de Silicon Valley, el caso es que Mark Z se ha aliado con otras viejas glorias como Bill Gates para financiar “code.org“, una iniciativa que busca a toda costa introducir el aprendizaje de lenguajes de programación en los coles de educación primaria. Este es su video de presentación:
Si hace diez años estudiar inglés era casi un imperativo moral, hoy por hoy a los niños se les presiona para que aprendan a desarrollar las Apps del futuro, y de paso saquen a sus padres de pobres. Incluso Google acaba de lanzar “Made with code“, una campaña para incentivar a las niñas a programar.
Pero afortunadamente no todos los gurús están de acuerdo con esta fiebre del código para todos. Superhéroes como Linus Torvalds (fundador del SO que lleva su nombre) quitan la presión a nuestros chavales afirmando que la programación no es tan simple como Mark Z nos quiere hacer creer, ni está al alcance de todo el mundo:
No es como saber leer y escribir y hacer operaciones matemáticas básicas.
Más lejos todavía llega Kevin Maney, redactor de tecnología que nos advierte de la gilipollez que podría suponer aprender a programar hoy en día, ya que según él, en el año 2030 será un conocimiento obsoleto:
Las computadoras llegarán a entender nuestro lenguaje, entender nuestros términos, no el de ellas. Cuando eso suceda, la naturaleza misma de la programación cambiará.
El debate está servido. En lo que a mi respecta, como pensador a largo plazo y buen vago español, estoy dispuesto a creer en Maney y esperarme 15 años para ver si mi ordenador me entiende y hace lo que le pido, ahorrándome de paso las clases de Java. Vosotros haced lo que queráis…
Diseñador digital, historiador del arte y friki sin límites. Escribo sobre series en OchoQuince y sobre Arte y cultura digital en Realidades Inexistentes.
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