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El SEO de Schrödinger

Erwin Schrödinger decía que, si pusiésemos un gato en una caja, y en la caja un veneno con un activado a través de la decomposición de una partícula radiactiva que tiene un 50% de posibilidades de hacerlo, por las propiedades de la mecánica cuántica, el gato estaría al mismo tiempo vivo y muerto hasta el momento en el que abriésemos la caja. Obviamente es una metáfora, y para los que no entendemos del tema viene a ser como lo de que Dios es uno y trino: “Sí, ok, aham”.

Curiosamente en el SEO pasa algo similar: está encerrado en una caja vivo y muerto a la vez y no sabremos cuál es la verdad hasta que la abramos. Somos los profesionales del mundo online los que no paramos de hacer apuestas para saber si aún vive o ya murió, sacando posts cada 2 días diciendo que el fallecimiento es indudable e irreversible o bien que goza de mejor salud que nunca.

¿Y quién tiene razón? Pues según los principios de la física cuántica, ambos. Y según los principios del blogger-que-tiene-más-cara-que-espalda, ambos tienen la imperiosa necesidad de crear títulos sensacionalistas para decir exactamente lo mismo. Y no les culpo, todos lo hemos hecho, porque funciona.

El problema es que el SEO, en sus inicios, era gente que le echaba mucho morro, tenía bastantes amigos e intentaba engañar a Google, y les funcionaba fantásticamente. Con el paso del tiempo lo de engañar a Google no es tan eficaz -o al menos tan eficiente- como hacer las cosas por las buenas, por lo que para hacer SEO y que tu resultado salga primero lo que tienes que hacer es, a grosso modo, que el valor de tu página para el usuario sea mayor que el de las demás. Y eso se consigue a través de otras disciplinas que ya existen y existían, y que no son específicamente SEO.

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Por ejemplo, el SEO se apoya en crear mejores contenidos que respondan mejor a lo que pide el usuario, pero también en una buena propuesta de comunicación, Relaciones Públicas y Social Media para que ese contenido se popularice y se generen enlaces y señales sociales hacia él. Pero eso no es todo, nos preocupamos de la usabilidad y la experiencia de usuario para que no rebote, la analítica web de la página o el tiempo de carga, indexabilidad y arquitectura de información, que para ser justos sí forma parte del SEO clásico, pero que pueden ser desempeñados por un rol eminentemente técnico.

Y entonces, ¿el SEO no existe?

Pues volviendo al principio, sí y no. El SEO como se entiende hoy en día es una acumulación de técnicas y saberes de otras disciplinas, y de hecho compañías como SEOMOZ, obligadas a mirar hacia el futuro, toman nota y cambian su branding a cosas como MOZ, que no refleja el término, y su portfolio de servicios hacia una perspectiva más holística.

Sin embargo también es cierto que la combinación de todas estas disciplinas en un solo perfil es rara, y a menudo solo se da en un profesional del SEO, y que aunque cualquier profesional específico del resto de áreas tendrá un conocimiento mayor sobre cada una de ellas, es el SEO el que se ha especializado de forma exclusiva en cómo utilizarlas para mejorar el posicionamiento.

Es por ello que llegamos a la paradoja del SEO de Schrödinger: una disciplina digital que está a la vez más viva que nunca y muerta y enterrada. O que nunca ha existido. Quizás dentro de unos años los algoritmos cambien, Google se vuelva inteligente, y descubramos que el SEO solo ha sido el sueño de una noche de verano. Hasta entonces, larga vida al SEO, ¡y no abras la caja!

Bruno Rodríguez

Bruno escribe en bruroar, y es un animalillo.