Hay muchas teorías sobre cómo funciona un viral, la mayoría de ellas tratadas en este vídeo de Kevin Alloca en Ted, en el que explica el origen de la viralidad de los vídeos de Youtube, sobre el que escribiré otro día.
En este caso me gustaría compartir una experiencia de primera mano:
En febrero del 2014 me propuse lanzar un viral. En este caso quería abordar un tema polémico de forma polémica: la reforma de la ley del aborto, con la que estaba en amplio desacuerdo, por decirlo amablemente.
La idea surgió tomándome unas cervezas con mi hermana, y decidí ir a por ello. Una semana después tenía una plantilla en HTML editada a lo cutre y la página bebés de contenedor en marcha.
¿Cómo lo viralicé? Contacté con un par de amigas feministas que se mueven mucho, algunos amigos con las mismas ganas de tocar las pelotas que yo, y lo compartí en todas mis redes. Con esto conseguí un pico de 6.000 visitas los primeros días y unas visitas de 1.000 a 3.000 durante los siguientes días.
Pasados un par de días, amigos y compañeros empezaron a comentarme que sus contactos estaban compartiendo el viral y que les llegaba de nuevas vías.
Sorprendentemente el viral había llegado a más de 50.000 sesiones/día, sin haber recibido ninguna información. Pero cuando me puse a recopilar información, hubo 2 cosas que me llamaron poderosamentge la atención:
Es verdad que intenté reactivar el contenido enviando correos y tuiteando a gente de Vice y de Yorokobu con la esperanza de añadirle cuerda, pero aunque a algunos les pareció interesante, no llegó a materializarse ninguna colaboración/mención en estos medios.
¿El resultado? La acción se desinfló pocos días después, sostuvo un tráfico de unas mil visitas al día durante las siguientes semanas y ahora mismo está en torno a las 100 diarias.
¿Qué he ganado? Materialmente nada, me hubiese parecido inmoral intentar sacar beneficio de ello, y aún así un pico de tráfico tan corto hubiese sido difícil de explotar comercialmente. Sin embargo he aprendido cosas sobre los virales.
En números: 227.000 sesiones, casi 200.000 proveniendes de Social Media, de las cuales 196.000 fueron de Facebook y 2.500 de Twitter. 63 links de 20 dominios diferentes, 3 cartas de odio de grupos o individuos religiosos, la felicitación de algunos amigos, y un grado variable de indiferencia de todos los demás.
¿Y qué he aprendido?
Si aspiras a general un viral basándote en un hecho de actualidad, lo ideal es que te pongas un objetivo realista y alcanzable en poco tiempo, porque cualquier otra cosa va a tener menos cartasde funcionar.
No necesité grandes medios que distribuyesen mi noticia, eso vino después. Cuando a la gente le gusta tu contenido, es la suma de miles de círculos diminutos lo que te trae el tráfico, no uno enorme.
En esta línea, tener amigos -énfasis en la palabra amigos- en la prensa, en blogs y en portales importantes es un punto positivo para que tu contenido se viralice y creo que es un objetivo fundamental para cualquier creador de contenido.
En definitiva, Kevin Alloca tiene la respuesta a los virales gracias a su experiencia en cientos o miles de casos. Pero de eso hablaremos otro día. Hoy me apetecía compartir mi experiencia en un único caso, pero de primera mano.
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